Jorge Rubio (BW) | 27 de Abril de 2012 |
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Ha sido pura casualidad que coincida nuestro sexto aniversario con el estreno que un servidor lleva esperando desde que no levantaba palmo del suelo. Un proyecto que hace algo más de una década era prácticamente imposible.
El boom de los superhéroes en el cine podría comenzar perfectamente en el año 2000 (con todo respeto a ‘Blade’ del que hubo gente que no sabía que provenía de los comics), cuando en Julio se estrenaba
‘X-Men’, con las dudas propias de si un grupo de mutantes de la Marvel podría conquistar a un público que básicamente había visto a Batman y Superman, iconos de la editorial rival, en pantalla grande.
El resultado no sólo fue un bombazo, sino que además dio pie a más adaptaciones, entre ellas la ansiada
‘Spiderman’ que muchos años antes andaba atascada en un Estudio sin viabilidad económica (Carolco) y con promotores como James Cameron que se quedaron en el camino.
El arácnido, ‘Daredevil’, ‘Los 4 Fantásticos’, ‘Elektra’, ‘Hulk’, las secuelas de ‘X-Men’…parecía que los films se sucedían como churros, pero no vivían en el mismo universo, ese llamado ‘universo marvel’ y que se resistía por el hecho de ser personajes coproducidos por la Marvel Studios y la Fox, Universal o la Sony. Eso no permitía cruzar historias ni cameos entre ellos, hasta que el Estudio dio el golpe en la mesa.
La idea: producir de forma exclusiva la película y dar los derechos sólo de la distribución. Nadie tendría la libertad de hacer lo que quisiera con sus superhéroes a excepción de su propia casa, y el pistoletazo de salida lo daría el hombre de acero, el
‘Iron Man’ que iba a protagonizar Tom Cruise para la New Line Cinema en el 2005
Y entonces, simplemente ocurrió. En el 2008, cuando Tony Stark (Downey Jr.) volvía a aparecer tras los créditos finales del film, un Samuel L. Jackson, al estilo Nick Fury ultimates, soltaba las palabras mágicas:
‘Inciativa Vengadores’.
La tarea no era nada fácil, pero se iba materializando. Mientras nos ibamos enterando de la posibilidad de que la Marvel uniera a sus superhéroes tras el anuncio del rodaje ‘Thor’,
‘El Increíble Hulk’ se estrenaba tan sólo un mes después de ‘Iron Man’ y ya teníamos al Capi enterrado en el hielo en una ‘easter-egg’ del film y a Stark en una nueva escena post-créditos que confirmaba la ilusión:
‘Los Vengadores’ estaba en movimiento.
En cuatro años hemos asistido a la llegada de sus miembros a los cines, a un acto en la Comic-Con en Julio del 2010 que provocó el delirio de los fans juntando a los superhéroes del Estudio y a una promoción incesante que ha conseguido su propósito: que todo amante del cine, sea cual sea, ponga sus ojos en uno de los blockbusters del año, bien para odiarla o bien para aplaudir como un loco.
La premisa que llevó a la Marvel a crear
‘Los Vengadores’ en 1963 es muy sencilla: envidia de ‘La Liga de la Justicia’, que estaba reportando ventas fabulosas a la D.C.. Así Stan Lee y Jack Kirby, a los que la editorial había
concedido dos nuevos títulos bimestrales, decidieron formar equipo, girando en torno a Hulk, cuya serie había sido recientemente cancelada.
En el primer número publicado en Septiembre, Loki engañaba a
Hulk para provocar el caos. Rick Jones, amigo del gigante verde, intentaba contactar con los 4 Fantásticos para pedir ayuda, pero la señal era interceptada por el villano que la redireccionaba a
Thor (creado tan sólo un año antes) y así aseguraba que el Dios del Trueno acudiera a la batalla contra Hulk. Pero
Iron Man, Ant-Man y la
Avispa también respondían y al final todos luchaban juntos.
No sería hasta Marzo del 64 (’The Avengers #4) cuando el
Capitán América se unía al grupo.
Trasladar esta historia a la adaptación cinematográfica del cómic no hubiera sido coherente con los que se nos ha ido presentando durante todo este puzzle que conforman las películas del Estudio. El agente Coulson (Clark Gregg), que aparecía ya en ‘Iron Man’ en nombre de S.H.I.E.L.D., el propio Nick Fury en sus constantes cameos, la sensual Natasha Romanov (Johansson) alias Viuda Negra en ‘Iron Man 2′…la primera aventura del grupo en el cine iba a ser grande y con muchas más ramificaciones, pero al menos el gérmen inicial, con Loki (Hiddleston), iba a mantenerse.
Y el film no decepciona:
GRANDE, descomunal, verde y en proporción al mejor cómic puesto en pantalla de la historia. ‘Los Vengadores’ salen con todo y en tromba, y uno tan sólo puede dejarse arrastrar y disfrutar de lo lindo.
No se necesitan presentaciones, lo cual hace que la película comience desde el segundo uno. Ya hemos tenido tiempo de conocer S.H.I.E.L.D y de sus instalaciones parte la primerísima escena, una aparición, huida y persecución que es el prólogo de y razón de la trama.
Nos reencontramos con el cubo cósmico (llamado de otra manera) que tantos dolores de cabeza ha dado en las películas de la ’saga’ y sabíamos que por éste se desataría la historia. Tan viejo como el hilo negro y retomando la obsesión de Cráneo Rojo, la fuente de poder cae en manos de Loki que a su paso recluta a uno de los nuestros y a Selvig (Skarsgard), que ya se antojaba pilar fundamental al efecto en ‘Thor’.
No es original que digamos, pero suficiente para ponerlo todo en marcha. Tampoco terminan de rematar las explicaciones necesarias sobre el objeto en cuestión, que se desvela como una simple excusa para un fin mayor, pero ya estabamos familiarizados con el artefacto, así que a seguir con el metraje, y con lo que conforma la idea básica del film.
Que es ni mas ni menos que
la formación del grupo. Joss Whedon sabe de cómics, y
el mayor acierto de la Marvel ha sido contratar a un tipo que no sólo es ducho en esto de dirigir para el cine, amén de ser un fiera en televisión (’Buffy’, ‘Firefly’), sino que además controla las viñetas a la perfección. Suya fue la excelente ‘Astonishing X-Men’, y el ritmo que impregna a las escenas parecen salidas de un tebeo y dela el listón pare futuros films a un nivel imposible.
Ojo, tampoco es que necesitábamos para el trabajo a un Jim Jarmusch. Para saber llevar este circo de 3 pistas no hay que apuntar a directores complicados, sólo a uno que tenga la visión en conjunto, y
Whedon ha sido una elección perfecta.
Con este segundo acto, en el que debemos juntar a Thor, Capi, Iron Man y Hulk en el mismo bando llega la parte nostálgica,
esa en la que empezamos a comprobar que en una escena puede coexistir el Dios del Trueno y el hombre de hierro, a la vez. El guión no se anda con chiquitas: Thor vs Iron Man, Capi vs Thor, Hulk vs Viuda Negra, Hulk vs Thor….las combinaciones se suceden y el espectador no termina de respirar cuando otro follón se ha montado.
Lo sabemos, esto es ir a lo fácil, ¿pero acaso no se trataba de eso? ,
¿Realmente tiene uno que comerse la cabeza con situaciones dramáticas o profundas cuando tienes a los superhéroes más populares del planeta en el mismo sitio y a la misma hora?.
La personalidad de los personajes es tan importante como lo que se cuenta y se dibujan perfectamente en el guión. El Capitán America, serio y bajo reglas militares, Thor shakesperiano y pomposo, Banner/Hulk como rata de laboratorio y el gran Iron Man que se sale.
Si os decepcionó ‘Iron Man 2′, perdonaréis por completo a Tony Stark.
Sus líneas y diálogos son de lo mejor de la película, con constantes chistes, puyitas a sus compañeros y salidas de tono. Esto debería haber sido una secuela perfecta del hombre de hierro, y lo extraño es que su personaje se imponga con claridad al resto de compañeros.
Otro que gana en su salto al coro es Loki. Cruel y despiadado, un atormentado villano que se mueve por la venganza, por la sangre y mucho más amenzador que en ‘Thor’, donde tanto aire elegante le restaba la contundencia que ahora gana el hijo de Odin.
Y en volandas, sin enterarnos y entretenidos como chiquillos nos plantamos en el tercer acto y final de fiestas. El acabose.
Un espectáculo digno del producto y a la altura de lo que podíamos esperar de ‘Los Vengadores’. Una invasión alienígena en toda regla. Nada de mandar a tres o cuatro marcianos para ver que pasa, no. Toda la maldita infantería y sus mamotrecos.
Y en medio, Hulk. Sabemos por el Presidente de la Marvel que el gigante verde no tendrá nueva película en solitario, pero su contribución al film se merece eso y más.
Es el sitio natural de Hulk, rodeado de supervillanos y dando a mansalva sin respiro. En la zona de caos es la máquina de destrucción definitiva y el guión encima lo premia con tres escenas memorables: su puntilla a la batalla conjunta con Thor, su breve enfrentamiento con Loki y el susto final.
En ‘Los Vengadores’ no nos hemos encontrado con un guión de Oscar pero si con
un guión impropio de un blockbuster al uso que sólo pretende darnos de comer CGI por un tubo. Hay una trama, consistente, hay un desarrollo, muy bien alineado, y hay una batalla final perfectamente coreografiada.
Emoción y espectáculo por igual.
¿Flipado?, tal vez. El mayor problema del film hubiera sido tener a 6 personajes en línea y desperdiciarlos a todos. Entrar en una maraña imposible y toparse con un ir y venir sin sentido alguno, pero aquí cada uno tiene su momento y su plaza, su puesto en el guión y en la historia.
Podemos entonces obviar algunos fallos. Fallos argumentales, como no dejar bien explicada la aparición repentina de Thor si en su película lo dejamos buscando la manera de regresar a la Tierra, o ser algo más claros con una alianza entre Loki y alienígenas que sólo los muy frikis descubriran en la escena post-créditos. Fallos como aminorar la personalidad de Thor, que tiene menos fuerza que en su aventura en solitario o ser algo contradictorios sobre si Hulk controla o no su transformación.
Casi dos horas y media de metraje, y lo difícil era entretenernos. Al final lo difícil ha sido no hacerlo.
No decae, no flojea y no decepciona, con toda la espectacularidad que la técnica permite y aprovechando en cada fotograma el potencial que se tenía en las manos. Si tuvieran que colgar una imagen junto al término ‘blockbuster palomitero’, el traveling sobre los héroes en las calles de Nueva York sería la idónea.
‘Los Vengadores’ se han unido. Que no los separen las secuelas precipitadas.